Por qué la anestesia tópica está estrechamente relacionada con la satisfacción de los pacientes (y de los profesionales)

Los odontólogos saben que el dolor es un factor decisivo en sus pacientes. Un paciente que no experimenta dolor sale satisfecho, y garantizar la satisfacción de los pacientes es ahora más importante más que nunca. En las consultas odontológicas es habitual utilizar anestésicos locales y agujas que provocan un traumatismo mínimo. No lo es, en cambio, utilizar anestesia tópica, de amplia gama de aplicaciones y seguridad. ¿Están dejando escapar los odontólogos una herramienta fundamental para tratar el dolor? En este artículo abogamos por utilizar anestesia tópica en todos los pacientes. 

Una herramienta eficaz e infrautilizada para tratar el dolor

Los pacientes mencionan el dolor de forma incesante como uno de los aspectos que más les preocupan a la hora de someterse a un tratamiento odontológico. En una encuesta llevada a cabo por Dental Law, el 42 % de los pacientes afirmó que el miedo a sentir dolor era lo que más aversión les generaba a la hora de acudir al dentista. En el Reino Unido, se estima que el 36 % de las personas sienten miedo o ansiedad por tener que someterse a un tratamiento odontológico, y el 12 % experimenta fobia a ir al dentista, en buena parte, asociada al dolor.

Los odontólogos son muy conscientes de ello y reconocen que es necesario tratar el dolor que puedan experimentar sus pacientes. Una cohorte de odontólogos de Estados Unidos y Europa entrevistada por Septodont otorgó a la anestesia una importancia de 9,4 sobre una escala de 10. Asimismo, comentaron que los pacientes que no experimentan dolor están más relajados, son más fáciles de tratar, y es más probable que vuelvan a la consulta y que recomienden su odontólogo a otras personas.

A pesar de ser conscientes de ello, parece que los odontólogos están dejando pasar una oportunidad de oro para ofrecer una experiencia de tratamiento satisfactoria y sin dolor: la anestesia tópica.

Los anestésicos tópicos se utilizan para adormecer los tejidos bucales antes de iniciar tratamiento odontológico. Dado que actúan sobre la mucosa superficial, reducen la sensación de dolor mientras se administra anestesia por conducción o infiltración mediante una inyección. Asimismo, también pueden facilitar la realización de tratamientos como el alisado radicular en presencia de inflamación, o la incisión de abscesos submucosos superficiales, entre muchos otros.

Productos como Xylonor Spray, X’Ogel o Projel-20 de Septodont actúan de forma rápida y eficaz con un excelente perfil de seguridad cuando se utilizan como un anestésico previo a la administración de una inyección. Un win-win tanto para el paciente como para el odontólogo. Sin embargo, solo un tercio de los odontólogos que entrevistamos utilizaban anestesia tópica antes de administrar una inyección a sus pacientes. En uno de los países, los odontólogos solo utilizaron anestésicos tópicos en el 7 % de sus pacientes.

Abogando por el uso generalizado de la anestesia tópica

A medida que dejamos atrás una pandemia que ha provocado grandes estragos, son muchos los odontólogos que luchan para que su consulta continúe siendo viable económicamente. Ahora más que nunca, cada producto utilizado en el quirófano debe ganarse su lugar. En este sentido, podría argumentarse que los anestésicos tópicos son pues un gasto que debería reservarse solo para los casos excepcionales. 

Si bien esta inquietud es totalmente legítima en la difícil situación en la que nos encontramos, no tiene en cuenta los beneficios a largo plazo derivados de ofrecer a los pacientes una experiencia sin dolor.

Dolor, ansiedad y pacientes que no acuden a sus visitas: la relación que se pasa por alto

Los odontólogos encuestados identificaron dos tipos de pacientes que limitan la rentabilidad de su negocio. Los pacientes que sufren ansiedad requieren más tiempo para ser atendidos, es menos probable que vuelvan a la consulta y pueden perjudicar a la empresa a través del boca a boca. Por otro lado, los pacientes que no acuden a sus visitas dejan un hueco en la agenda imposible de cubrir, lo que interrumpe el flujo de trabajo y genera una pérdida de ingresos. Según los odontólogos, ambos tipos de pacientes les hacen sentir estresados y desmotivados.

Sin embargo, curiosamente, no han establecido una relación entre ambos. Estos estimaban que solo el 7 % de las ausencias se debían a la ansiedad que padecían los pacientes, pero la encuesta realizada por Dental Law indica que esta cifra es muy superior. El 28 % de las personas encuestadas afirma haber cancelado o faltado a visitas debido a la ansiedad.

Algunos odontólogos optan por no utilizar anestesia tópica porque creen que, con una aguja adecuada y unas manos expertas, es posible administrar las inyecciones de forma casi indolora. Aunque esto fuera así, no es un gran consuelo para los pacientes que sufren ansiedad. 

La expectativa o anticipación del dolor puede ser casi tan traumática, y a veces incluso peor, que el propio dolor, lo que lleva a algunos pacientes a retrasar o evitar someterse al tratamiento que necesitan. En el caso de las inyecciones, las investigaciones constatan que la ansiedad puede intensificar la percepción del dolor del paciente durante su administración, lo que genera expectativas negativas sobre futuros tratamientos y refuerza la relación ansiedad-dolor.

Utilizar un anestésico tópico es una forma sencilla de romper esta asociación. Es pues más probable que los pacientes acudan a sus visitas si les puede garantizar que la inyección, y no solo el procedimiento posterior, también será indolora. Además, el tiempo que tarda en hacer efecto la anestesia le da la oportunidad de practicar técnicas para ayudar a sus pacientes a gestionar la ansiedad que sienten y su reacción ante la misma (por ejemplo, mediante ejercicios de respiración). Si ofrece una mejor experiencia de tratamiento (tanto para usted como para el paciente), será capaz de generar unas expectativas positivas para las futuras visitas y reducir las tan costosas y frustrantes ausencias. 

Pero, ¿qué sucede con los pacientes que no muestran ansiedad?

El uso de anestésicos tópicos está claramente indicado en los pacientes que experimentan ansiedad. Pero, ¿qué sucede con el resto de pacientes?

Puede que un paciente no sienta ansiedad por ahora, pero las investigaciones indican que existe una sólida correlación entre el hecho de haber experimentado dolor y la ansiedad asociada a los procedimientos odontológicos. En la encuesta de Dental Law, el 46 % de los encuestados afirmó haber tenido una mala experiencia, el 74 % de los cuales indicó haber experimentado dolor o molestias, y el 84 % haber sentido ansiedad por tener volver al dentista. Solo es necesario vivir una única experiencia desagradable para que esta afecte a la futura relación con su consulta, por lo que merece la pena adelantarse a ello gestionando el dolor de forma proactiva y utilizando anestésicos que permitan controlarlo de forma generalizada.

Dejando a un lado la ansiedad, incluso los pacientes más resilientes le juzgarán en función del dolor que experimenten en su consulta. Los pacientes evalúan el grado de satisfacción con sus médicos en base a diferentes criterios, más de la mitad de los cuales están relacionados con el tratamiento del dolor.

Aunque su paciente no se sienta angustiado en la silla de su consulta, esto no significa necesariamente que esté satisfecho. Y no siempre se es lógico cuando se trata del dolor; aunque el paciente comprenda de forma racional que desea ayudarle, en última instancia es usted quien le provoca el dolor y, por tanto, el blanco de su frustración.

Un paciente insatisfecho es menos probable que siga sus recomendaciones y más probable que retrase sus tratamientos en el futuro, lo que a su vez implica que el tratamiento necesario finalmente sea más complejo y se obtengan unos peores resultados. Si el paciente queda especialmente insatisfecho, puede que opte por cambiar de odontólogo o compartir sus experiencias con otras personas. Al igual que en el caso de la ansiedad, es posible prevenir y evitar esta situación simplemente utilizando anestesia tópica.

Conclusión

De la misma forma en la que hacemos hincapié en ofrecer una atención preventiva en lugar de un tratamiento reactivo, es necesario adoptar también un enfoque preventivo en el tratamiento del dolor y la satisfacción del paciente. Asimismo, también es necesario tener en cuenta que, si algunos pacientes retrasan u omiten el tratamiento como consecuencia del miedo al dolor, no siempre seremos conscientes de su ansiedad ni tendremos la oportunidad de gestionarla. Y aun así nos afectará de forma muy significativa. Teniendo esto en cuenta, no podemos dejar pasar ninguna oportunidad que tengamos,

y mucho menos, durante la pandemia de COVID-19. Cuando un paciente ya se muestra reticente a acudir al dentista por motivos económicos o de salud, la expectativa que, además, el tratamiento se doloroso puede ser la gota que colma el vaso. Si bien el uso de anestesia tópica de forma generalizada requiere sin lugar de dudas dedicar algo más de tiempo a los pacientes y supone también un mayor gasto, creemos que es una potente herramienta de la que ningún odontólogo puede permitirse prescindir, tanto durante como después de la pandemia.